Minuto 90....

En un partido de futbol, este minuto es el término del encuentro, el pitazo final sella, para bien o para mal, el destino de este encuentro.
He visto llorar a muchos luego de este minuto, gente que lucho con impotencia para poder revertir cierta situación, pero que por mucho que ataco el arco rival no logro vencer y alcanzar aquello por lo que se preparo toda la semana anterior.
Son las cosas del futbol dicen , a veces se gana y a veces se pierde.
No todos pueden ser inchas de un equipo ganador y no conocer el sabor de la derrota. En mi vida he conocido de muchas derrotas, algunas malas de esas por diferencia de 5 goles, otras injustas, con penales mal cobrados y otras por diferencias mínimas.
He visto a otros perder, he visto como la amargura de la derrota los acompaña por mucho tiempo. Deportivamente hace unos años me toco ser entrenador de la selección de basquetbol de mi colegio, tuve un record histórico hasta ese momento, 12 encuentros jugados y 12 encuentros perdidos. Así algo conozco del amargo sabor de la derrota. Aun no entiendo como no me renovaron contrato en ese colegio.. Pero es así.. A veces ganamos y otras perdemos..

Cuando la victoria llega todos somos parte de ese proceso ganador, cuando vienen las derrotas el DT es el malo, y el equipo no juega a nada. Siempre es igual, los momentos de mayor popularidad en nuestras vidas siempre habrá alguien que nos quiere llevar el maletín.. En el momento de la derrota solo quienes nos aman están ahí para levantarnos, para consolarnos. No conocí tantos hinchas de Colo Colo, como en el año 91 cuando se gano la copa libertadores.. Quien es Chile.. Colo Colo… unos años mas tarde el club quiebra y no eran tantos..

Debemos acostumbrarnos a que esto así sea… minuto 90.. El momento de la gloria o el momento de la frustración..

Muchos encuentros han sido sentenciados en el minuto 91. Al filo del término del encuentro, aparece ese gol que nos da la victoria que tanto anhelamos.. Y como celebramos ese momento..
Pero lo que mas me ha llamado la atención he visto a muchos que en el minuto 80, dejan de pelear, dejan de jugar, se dan por vencidos antes que el encuentro termine.. Aun no se toca el pitazo final y ellos ya bajaron los brazos.. Aun no termina el encuentro y ya nadie quiere jugar, lo único que quieren que llegue pronto el minuto 90 y que toda esta pesadilla acabe.. No más por favor… no quiero jugar más.. Esto se acabo, no seré capaz de revertir este resultado.. Oye si voy perdiendo por goleada y cada minuto que pasa es mas terrible el sabor de la derrota… que dirán mis amigos.. No pude ganar.. Todos creían en mí..
Dejan de jugar aun cuando el partido no termina..
He visto ha muchos dejar sus matrimonios en el minuto 80, dando todo por perdido aun cuando conocen a Dios.
He visto a muchos jóvenes abandonar sus carreras, en el tercer año de universidad, porque no se sintieron capaces.
He visto a muchos padres entregar a sus hijos a su suerte, aun cuando ellos no cumplen la mayoría de edad.
He visto a amigos dejar sus sueños en el minuto 80, y abandonar todo lo que un día anhelaron.
He visto a mujeres frustradas que dejan de luchar por que su esposo cambie, y abandonar este partido en el minuto 85, creyendo que que no hay vuelta para ellos y que nunca conocerán a Dios.

Pero sabe, también he visto a matrimonios restaurados por Dios en el minuto 91, cuando todos decían que no había vuelta y que la única solución era el divorcio.. He visto a hombres y mujeres pelear hasta el último suspiro por no perder sus matrimonios, y en el último minuto ven restaurados su matrimonio.

He visto a hombres que han intentado todo para prosperar y entregar a su familia un mejor pasar, y luego de muchas derrotas y caídas, levantarse en el ultimo minuto a contemplar el milagro del padre sobre sus vidas.

He visto a jóvenes terminar sus carreras con mucho esfuerzo y trabajo, rompiéndose el lomo a veces, pero terminando algo, cerrando un ciclo, no dejándose vencer tan fácil..

He visto también a muchos padres, que no se dieron por vencidos con sus hijos y no dejaron de orar por ellos, todos los días, sin cesar, no soltándonos, no aceptando la situación, sino que peleando, al filo de sus fuerzas, al filo de su cansancio, con muchos días oscuros y en que la situación no cambiaba, pero que jugaron hasta los descuentos, porque no se conformaron con una derrota así.. Porque nuestros hijos son parte de la promesa.. No podemos soltarlos… no podemos…

no abandones, sea cual sea el partido, si el silbato aun no suena....

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