Historias de primavera...

LA OVEJA QUE SE ENAMORO DE UN LEON

Erase una vez una oveja que se enamoro de un león, un amor peligroso, digamos mortal...
Se conocieron en las praderas, un león perdido llego a ese monte, quienes les vieron dijeron que fue amor a primera vista…

El la miro como una presa apetecible, en realidad no fue amor lo que le motivo, más bien fue su hambre y naturaleza de cazador que lo acerco donde ella estaba…
La oveja pensó que su nuevo pelaje de lana importada había hecho estragos en su nuevo pretendiente, y presumió delante de sus amigas por este nuevo amor que tenia…

Comenzaron su noviazgo, la pareja perfecta según la oveja, el la aguardaba al crepúsculo para pasear juntos, ella esperaba que el pastor hiciera la cuenta y se apartaba a caminar a solas con el león… después de todo no había peligro, la gente que se ama no se hace daño…

Cada atardecer el león planeaba la forma en que devoraría esa fácil presa, pasaba el día pensando en cómo concretar ese mágico momento… Sin embargo algo comenzó a salir mal, los planes se retrasaron más de lo común, ocurrió lo que el león ni siquiera se había imaginado, de hecho nunca antes había ocurrido…no era normal, solo era real… luego de varias caminatas por el prado se enamoro de la oveja… nadie le aviso a este león que esto le podía pasar, en realidad nadie nunca supo lo que ocurría con el.

Cada atardecer se transformo en una lucha para este león, un reto a su voluntad, un reto a su naturaleza... el un cazador, ella una presa, era el ciclo de la vida, los leones comen ovejas….
El león quiso huir… hizo todo lo posible por alejarse de la oveja, de ahí en adelante cada día seria una despedida… una excusa era todo lo que necesitaba para una salida digna, pero no encontraba ninguna que pudiera menguar el sentimiento de no estar con ella… que raro decía el león:
” nunca arranque de una presa, un cazador no huye, esto nunca ha sido así, siempre comí lo que se me dio la gana”¨, pero ahora… que difícil era todo ahora.

Es la historia de león que se enamoro de una oveja...

Qué triste vida de este león… el amor le llevo por el camino del error, su vida en la encrucijada… una opción era correr hacia la selva sin mirar atrás ni detenerse, el dolor de la distancia seria intenso pero no mortal; por otro lado podía seguir viviendo el sueño, pero el sabia que tarde o temprano su naturaleza le jugaría en contra y este amor terminaría en tragedia… que difícil se había puesto todo… en cada vuelta a su hogar el león caminaba silente, meditando, y sufriendo… los leones no lloran por una oveja se repetía él.

Una tarde decidió contar su verdad a la oveja, pensó que el temor la apartaría y haría más fácil la despedida, claramente seria un atenuante par el adiós.

Sin dejar espacio al pensamiento se acerco a ella para comentar su calvario...
La reacción de la oveja inmovilizó al león, sus oídos no esperaban esa respuesta, ella con ojos tristes y mirada perdida, le dijo:
“cada día, en cada encuentro fui consciente del peligro que corría, me lo dijeron mis amigos, lo supe desde un principio, pensé que el amor estaba por sobre nuestra naturaleza, creí que podía cambiarte… hoy entiendo que no es así; viví cada día como si fuese el último, no se que es peor, sentir que cometo un error o vivir en el a sabiendas que me está destruyendo por dentro… agradezco sin embargo cada momento que pudimos compartir.
Todos los atardeceres que nos encontraron soñando los alberga mi subconsciente de oveja…se detuvo un momento repensando cada palabra… si esto es un adiós estoy preparada, si no te vuelvo haber entenderé que por haber amado como ame, tengo por ganado lo que sufriré en tu partida…”

Dijo la última palabra y se fundió en un abrazo con el león, se produjo un silencio que a ratos era demasiado ruidoso… sus corazones latiendo a mil... el crepúsculo golpeando sus pensamientos… era el momento ideal para el adiós…

Sin decir más se alejaron para seguir con sus vidas, el cómo depredador hambriento, ella como tierna oveja… cuenta la historia que no volvieron a ser los mismos, y cada atardecer la oveja llora en las praderas, mientras que el león hace lo mismo en la selva…

Que cerca de la muerte estuvo esta oveja… que dolor se produjo el león... que tragedia contaríamos hoy…
La naturaleza traiciona a veces, con el corazón no se juega…

Una cosa es clara…. Los leones comen ovejas y las ovejas no se enamoran de los leones…

Quien construye una casa en las ramas corre el riesgo de terminar enredado...

Quien desnuda su corazón con quien no debe, lo más seguro es que termine llorando en la pradera…

“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de el mana la vida…”